
La identificación y medida de las necesidades de salud de la población es el primer paso para la planificación de las políticas sanitarias. Para garantizar los criterios de equidad es clave conocer la situación de toda la población. Las encuestas de salud son una herramienta imprescindible para identificar necesidades, pero en general están más centradas en condicionantes primariamente concebidos para explicar la salud de los hombres, tales como los hábitos de salud y la actividad laboral remunerada, sin tener en cuenta suficientemente aspectos como el trabajo doméstico no remunerado que afectaría sobre todo la salud de las mujeres.
El principal objetivo debería ser destacar la importancia de la perspectiva de género tanto en el diseño como en el análisis de las encuestas de salud y proponer algunas variables, principalmente relacionadas con los trabajos remunerados o no, que deben incluirse para conocer mejor las desigualdades en salud asociadas al género.
Así mismo, se discute brevemente el concepto de género y su importancia como uno de los determinantes de las desigualdades en salud.
La salud es un proceso complejo determinado por factores biológicos, sociales, del medio ambiente y de los servicios de salud, en el que el género, por su interrelación con todos ellos, tiene un papel importante. Lo que distingue el abordaje de género es el análisis de las relaciones sociales entre mujeres y hombres teniendo en cuenta que éste también define desigualdades en salud.
Es importante incluir en las encuestas de salud: el trabajo reproductivo, el trabajo productivo, la clase social, el apoyo social, el estado de salud auto percibido, la calidad de vida, la salud mental y los trastornos crónicos.
La perspectiva de género es importante en todos los apartados de una encuesta de salud: datos socio demográficos y trabajos, percepción de la salud y morbilidad, utilización de servicios y prácticas preventivas, conductas y estilos de vida relacionados con la salud: salud mental, satisfacción y apoyo social.